Dedicado al maestro César Jimenez, por su arte, valentía y embrujo torero.
Era una tarde de verano del año 2000 y en Valladolid se celebraban las ya famosas novilladas nocturnas, el cartel anunciaba la terna siguiente: Juan Jesús del Monte, de El Espinar (Segovia), Tomas Escudero de Medina de Rioseco (Valladolid) , CESAR JIMENEZ de Madrid y Antonio López El Rubio de Caravaca (Murcia). Los novillos de la ganadería de doña Mª Lourdes Martin de Pérez-Tabernero de Membribe de la Sierra (Salamanca).
Cesar Jiménez, salió a la arena y en su primer contacto con el novillo, empezó a deslumbrar al respetable que se dio cita en el coso del paseo de Zorrilla. En el momento de coger la muleta, se fué al centro del ruedo, soltó la montera en el suelo y dentro de ella, metió los dos pies, citó al novillo y comenzó la gran faena sin mover ni un solo músculo, era una verdadera estatua; uno, dos, tres, cuatro... se perdió la cuenta de los pases que dio al novillo, fue una faena para enmarcar. El respetable comenzó a gritar ¡torero, torero, torero!, esa tarde se anunciaba el nacimiento de un gran maestro y tras acabar con la vida del novillo y en reconocimiento de aquella inolvidable faena, el público vallisoletano le premió con las dos orejas del novillo.
Cesar Jiménez que fue el gran triunfador de aquel ciclo de novilladas nocturnas, recogió los trofeos que el presidente le otorgó y comenzó a dar la vuelta al ruedo, cuando llegó al tendido donde se ubicaba la Banda de Música, se volvió hacia ella y con una sonrisa tímida y sincera, agradeció que en su gran faena, sonara el pasodoble que acompañó en tantas tardes de gloria y triunfo al maestro que lleva su nombre - MANOLETE.
Pocos son los toreros que al finalizar la faena y recoger los trofeos se acuerdan que existe la Banda de Música cuando dan la vuelta al ruedo, Cesar Jiménez había aprendido muy deprisa todas las suertes del arte de Cúchares, incluida la del respeto a la Música, fue con ese detalle del valiente novillero hacia la Banda de Música, cuando nació en mí la idea de componerle un pasodoble torero.
Aquella tarde nació un gran torero y el preludio en el pensamiento, de un pasodoble que lleva hoy el nombre de César Jiménez y que al igual que sucedió con el maestro Manolete, espero acompañe las tardes de gloria y triunfo que sin duda este maestro nos brindará a lo largo de su carrera artística.
Este pasodoble fué estrenado el día 30 de Noviembre del 2003 en El Tiemblo (Avila) y Olmedo (Valladolid) por las Bandas de Música de El Tiemblo y la AMI (Asociación Musical Iscariense) de Iscar (Valladolid).